martes, 8 de enero de 2019

¿Qué hacemos con el patriarcado?



El Proceso de Cambio fue guiado por principios de transformación de la desigualdad en que vivía la mayoría de personas del país, indígenas y mujeres. Así se hablaba de luchar contra el capitalismo en su etapa neoliberal, que mantenía en situación de dependencia económica y de pobreza a nuestra gente. De la misma forma, otro aspecto muy mentado en los orígenes del Proceso de Cambio fue la necesidad de luchar contra la colonización que mantenía al pueblo alejado de sus valores culturales. Otra disputa que fue consecuencia de la situación de desigualdad de las mujeres, fue introducir el tema de la despatriarcalización, aspecto necesario para evitar la discriminación de las mujeres.

Pero ¿qué es el patriarcado? El patriarcado es una concepción cultural y simbólica que atribuye a lo masculino una supremacía en la sociedad. También es la sobrevaloración que se da al ser humano hombre adulto en relación a las mujeres, jóvenes, niños y niñas, quienes son considerados subalternos. Esta supremacía masculina se expresa principalmente en la división sexual del trabajo, los hombres cumplen roles productivos y de generación de ingresos en el ámbito público y mujeres roles reproductivos que no crean valores de cambio. En la actualidad, las mujeres han salido a trabajar al mercado laboral lo que no la libera del trabajo doméstico y de cuidado, es decir hay una doble jornada.

Hay avances en nuestra realidad, las mujeres consiguieron flexibilizar algunas desigualdades y por eso tenemos la paridad y alternancia que garantiza mayor presencia de mujeres en el ámbito político. Pero la presencia en política todavía se caracteriza por el androcentrismo y la masculinización del ejercicio de la política, lo que representa una desigual distribución del poder para las mujeres.

Mirando hacia adelante, para despatriarcalizar el Estado es preciso desarrollar políticas y proyectos orientados a conseguir la corresponsabilidad de hombres y mujeres en el trabajo doméstico y de cuidado, sólo de ésta forma lograremos una inclusión de las mujeres en todos los ámbitos del Estado en igualdad de condiciones. No está bien decir que la lucha de las mujeres nos desvía del objetivo principal.

María Isabel Caero P. 

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