jueves, 2 de agosto de 2018

COLUMNA HEROICA. María Martha González, elena eterna



A un mes de su partida física.

María Martha nació del amor entre una boliviana y un paraguayo que se casaron tras finalizar la Guerra del Chaco; su existencia inició venciendo una guerra y su internacionalismo fue constante.

Colaboró con su padre periodista en El gran rebelde  (primer libro sobre el Che) y quedó convencida de que el camino para la liberación continental eran las ideas guevaristas.

Trabajó toda su vida y crió sola cuatro hijos; su rol de madre no le impidió militar en el Ejército de Liberación Nacional (ELN) durante la dictadura de Banzer (1971-1978), donde fue apresada en dos ocasiones.

En reuniones clandestinas conoció a su compañero Antonio Peredo, con quien tuvo su quinto hijo. Participó en la fundación del Semanario Aquí y militó en la Revolución sandinista de Nicaragua.
Durante el periodo neoliberal regresó a Bolivia y creó, junto a otros, la Fundación Che Guevara, espacio desde donde contribuyó a la formación de numerosos jóvenes.

Mujer de presencia permanente en las calles, su claridad política convenció a Antonio para candidatearse como vicepresidente de Evo Morales en 2002; de este modo, su determinación y la de muchos más posibilitó el inicio del Proceso de Cambio.

Desde el Parlamento, alguna plaza o su escritorio, continuó con su labor militante hasta el 2 de junio del 2018, día en que partió a la inmortalidad, coincidiendo en fecha, día y hora –pero seis años después– con la partida de Antonio, cual precisión de un operativo eleno.

María Martha nos deja un legado de amor al pueblo, la causa y a los compañeros, quedará en nuestra memoria como una mujer nueva, coherente, imprescindible y eterna.

 María Fernanda Rada


(Publicado en revista Maya No. 5, julio de 2018)

miércoles, 1 de agosto de 2018

INTERNACIONAL. La llegada de Morena a México




El pasado 7 de julio, en México se vivieron las elecciones en que se eligió al presidente, senadores y diputados federales. Dentro de la contienda a la presidencia se encontraban cuatro candidatos: José Meade por la Coalición Todos por México (PRI, PVEM, PANAL);  Ricardo Anaya por la coalición Por México (PAN, PRD, Movimiento Ciudadano);  Jaime Heliodoro Rodríguez como candidato “independiente”; y Andrés Manuel López Obrador (AMLO) por la coalición Juntos Haremos Historia (Morena, PT, PES).

AMLO resultó elegido, por mayoría absoluta, para llevar las riendas en la gestión 2018-2024 en México, país con graves crisis desde lo económico, social y cultural. País que ha decaído durante las gestiones de la “mafia del poder”, como denominó López Obrador a los representantes del  PRIAN.

La tarea de levantar México, donde la crisis humanitaria está a la orden del día, con  desaparecidos, persecuciones a periodistas, asesinatos a líderes sociales, resulta titánica. En materia económica, la inflación llega a un 4.85%, y el peso mexicano sigue perdiendo su valor frente al dólar. Igualmente, se implementaron gasolinazos cada fin de semana, para que no fuera tan evidente ante los ojos de los mexicanos.  A lo que hay que sumar la presencia y amenaza permanente de Donald Trump, con la negociación de un Tratado de Libre Comercio (TLC) que impactará, ya sea con su retirada o el recrudecimiento para pisotear sin piedad la economía dependentista de México.

López Obrador es, en este momento, un respiro para la izquierda latinoamericana, pero hay dudas que se irán despejando cuando ya esté en la silla presidencial y comience a trabajar. Mientras tanto con determinación ha sostenido que eliminará las millonarias pensiones a expresidentes del país, cuyo ejemplo grotesco es el desembolso de los 9.8 millones de dólares recibidos que recibe Felipe Calderón. AMLO es un convencido nacionalista y juarista,  y sabe que la lucha por la reconstrucción mexicana no será sencilla.


Dz. Chz.

(Publicado en revista Maya No. 5, julio de 2018)