Sobran
las páginas de la historia en que luchas populares, revoluciones políticas y
sociales en Bolivia, en nuestra
América y en los países periféricos, se han visto fracasar a causa de la
desunión y dispersión de las fuerzas políticas y motores del cambio. Para
revertir esa suerte de fatalismo, el comunista venezolano Hugo Chávez hizo un petición
urgente, pensando en el Chile de los ‘70: “Seremos como Allende y la Unidad
Popular, lo que con un desenlace distinto”.
Las
y los revolucionarios del mundo contamos hoy con dos grandes ventajas respecto
a quienes nos precedieron: 1) El nivel cultural, educativo y de instrucción de
obreros, campesinos e indígenas es más elevado hoy que antes; 2) Desde Carlos
Marx a la fecha, han existido numerosas experiencias por construir sociedades socialistas,
con errores y aciertos, luces y sombras, las cuales debemos estudiar.
En
la coyuntura política actual es un deber de cada guevarista estudiar a fondo y
aprehender lo mejor de las experiencias de los humildes por su liberación, en cualquier
época y latitud. Siempre unidos, cerrando filas y con la vista puesta en la construcción
del socialismo hoy, no mañana ni pasado, sino hoy.
MG
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