Inicia un nuevo tiempo en Bolivia, un tiempo de lucha.
Protestas callejeras, campañas de desinformación, hostigamiento y otras
acciones del repertorio de la lucha popular como del terrorismo ultraderechista,
son parte de este nuevo tiempo. A continuación algunas pautas:
Ritmos
Según se acerquen las elecciones, la conflictividad que
busca imponer la oposición se va a intensificar.
Si bien no todos los grupos de oposición son homogéneos,
tienen en común evitar la postulación de Evo Morales en las elecciones, de esta
manera, la ofensiva derechista se ha organizado para tres momentos claves, como
señalara F. Mayorga: el primero, del 6 de agosto, aniversario de la fundación
de Bolivia, al 10 de octubre, donde se conmemora el retorno a la democracia. El
segundo, elecciones de octubre a mayo 2019, periodo en que debe aprobarse la convocatoria
a Elecciones Nacionales y con ello legítima postulación de Evo Morales. El
tercer y último momento, de junio a diciembre 2019, periodo propiamente
electoral.
Instrumentos
La derecha ha encontrado en la manipulación mediática su
mejor instrumento. Los medios de comunicación se han convertido en una
herramienta para sobredimensionar acciones, confundir a la opinión pública y,
finalmente, generar sentido común contrario al Proceso de Cambio.
De la misma forma la derecha cuenta con los sectores
conservadores (empresarios privados, iglesias y otros) y sus partidos con
representación parlamentaria, unidos en la búsqueda, por todos los medios, de
renovarse o reciclarse en novísimas formas pero con la tarea de obstaculizar cualquier
iniciativa gubernamental.
Por último, tenemos el artilugio de las llamadas plataformas
o agrupaciones ciudadanas, llegas como anillo al dedo a esa búsqueda derechista
por la renovación con el fin de llevar adelante una ofensiva conservadora sin
precedentes. Se trata básicamente de una estrategia para unificar a la oposición
contra Evo, sin necesidad de subordinación directa a un partido político o a un
liderazgo específico, cuestión que ha
servido hasta ahora pero que al mismo tiempo les genera una debilidad.
Asimismo, en el discurso se identifica el asimilarse como “ciudadano” frente a
lo político, o en el sentido más profundo, el ser ciudadano ante lo no
ciudadano o citadino, es decir, versus al rural o el indio y el campesino. Así,
se enarbola un concepto que toca íntimamente el sentido racista y colonial de
la sociedad boliviana. Al tiempo que entran en disputa del poder al resignificar
la “democracia”, tachando de dictador al Presidente, negando la democracia
popular y mayoritaria que lo ha llevado a la Presidencia.
La contraofensiva
revolucionaria
A los indios, campesinos, obreros explotados, a las masas
progresistas, a los intelectuales honestos, no nos queda más que organizarnos,
llevar adelante nuestra lucha de masas y de ideas contra el capitalismo y sus
defensores en el país. Organizarnos y brindar nuestra lucha por defender y
profundizar el Proceso de Cambio; además de retomar todas las iniciativas
pospuestas.
MG
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