Rita Valdivia, Maya |
El 14 de julio se presta
como el día para recordar a valientes compañeras luchadoras por la justicia, la
verdad y la vida, como Rita Valdivia. Dentro de la compartimentación
revolucionaria, tenemos también a Tania,
Tati, Nancy y muchas otras que llegaron al anonimato como personajes nobles
de los ejércitos del pueblo. Igualmente, esta fecha es momento para, mediante
un minuto de silencio, conmemorar las glorias de sus luchas, como además recordar
a compañeras y compañeros abatidos en las trincheras de la montaña, en desiertos u otros lugares, o que cayeron en casas de tortura de cascos blancos, cuerpos de
paz, Usaid, la CIA –víctimas del mandato de EE.UU.–. También acudimos a los heridos
en enfrentamientos callejeros desconocidos por la población, me refiero a los
que en nuestro periodo de vida y combates contra las dictaduras en silencio derramaron
su sangre por una causa que consideraban justa: luchar por la revolución y
empuñando un arma o simplemente empuñando el valor revolucionario y el deseo de
libertad de su pueblo. Como los abatidos en Vado del Yeso, en La Higuera,
Ñancahuazú, Teoponte o en masacres callejeras.
Haydée Tamara Bunke, Tania |
Hablar de ellas y ellos,
del Che y sus combatientes, resulta difícil porque parece que todas y todos los
guerrilleros están hechos de fuerzas y estructura física de una avanzada
substancia química, con elevada categoría de octavas divinas. O de fibra humana
que está formada de una súper sensible partícula, que reacciona solo a la voz
del amor y la piedad. Y que viene desde las alturas y las glorias del Universo.
Por eso, las almas que cayeron prematuramente son combatientes que solo Dios
los comprende y los recibe. Y nosotros, las y los que quedamos, tenemos que
recordarlos y en algún momento escuchar el grito y el adagio revolucionario que
se transforma en canción de valientes, para continuar con la lección que ellas
y ellos nos dejaron.
Ahora, 14 de julio, se
trata de Maya, a quien tenemos como
ejemplo, porque en su tiempo en Cochabamba trabajó con Nancy y otras compañeras
que aún viven. Ellas hacían acopio del parque que el Che, Inti o el Chato
necesitaban para los combates. Tal vez para formar un otro ejército de
valientes, para las futuras trincheras que los pueblos deben prepararse para enfrentar
y derrotar al capitalismo neoliberal proveniente de la Casa Blanca; sin
descartar las vías democráticas.
Beatriz Allende Bussi, Tati |
¿Qué otro legado puede un
combatiente revolucionario dejar a las generaciones venideras? Solo el ¡Patria
o Muerte! Esa es la consigna sagrada. Ese es el camino que esta generación
debe seguir. Luchar para el bien de la humanidad, de la sociedad y del
socialismo del siglo venidero. Así lo dijo Fidel y así lo interpretó el Che y
todos los combatientes a los que recordamos con respeto, admiración y cariño.
Con eso, que todos los días usaban, como si esta substancia fuera la noble y
sagrada del amor, que relaciona e interrelaciona a los individuos que luchan. O
a los que se preparan en la sociedad para batallas futuras.
Pareciera que, para una
mujer, ser revolucionaria es sacrificio divino. Porque justamente es la mujer,
como dadora de vida, de amor y de libertad, la primera en integrarse a los
ejércitos de los pueblos. Acá en Sudamérica o en el Golán de Palestina.
Por eso, nuestros
mártires nos dan a entender que debemos seguir por esa vía de lucha permanente,
que es la correcta. Y solo se es digna y digno luchador cuando una y uno sigue
y reconoce las enseñanzas de las y los revolucionarios de verdad. Escuchar las
palabras de las compañeras y seguir su ejemplo.
¡Viva la mujer
revolucionaria! ¡Vivan Maya, Tania, Tati y Nancy!
¡Patria o muerte.
Venceremos!
Adalid
(Revolucionario, militante del ELN, compañero de Maya, expreso político y exiliado de las dictaduras)
**Publicado en revista Maya No. 45, julio de 2019.
je devine que ce qui est écrit en espagnol est bien mais je ne peux lire et comprendre cette langue. IL FAUT TRADUIRE;
ResponderEliminarExcelente articulo
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