miércoles, 8 de octubre de 2014

Nestor Paz Zamora (Francisco): a cuarenta y cuatro años de una muerte heroica



Nestor, tenía por nombre de guerra Francisco, como el príncipe de Asís que dejó que dejó las riquezas para convertirse en monje. Fue un joven cristiano revolucionario. El guerrillero Francisco, murió un 8 de octubre, fecha en que también fuera capturado y asesinado el Che tres años antes.

Nestor Paz Zamora
La década de los años 60, fue particularmente rica en propuestas jóvenes y de transformación del stablishment. Fue un momento de revoluciones, tanto sistémicas como asistémicas.

Fueron signo de esos tiempos el Woodstock, festival de rock irrepetible por la cantidad y calidad de intérpretes; el hippismo como una forma contestataria al statu quo capitalista y militarista. Esta expresión cultural planteaba el anti-consumismo y el pacifismo, que junto al amor libre y la revolución sexual, rompieron tradicionalistas esquemas de vivir y pensar especialmente en los Estados Unidos.

El mayo francés que invocaba el poner “a la imaginación al poder”, junto a las grandes movilizaciones parisinas bajo la consigna “seamos realistas, pidamos lo imposible”, dejó profundas huellas en la Europa de entonces.

El Concilio Vaticano Segundo y la revolución que planteaba al concebir una nueva liturgia, la misma que fue reforzada por el Concilio de Medellín y la generación de la teología de la liberación y la opción preferencial por los pobres de la Iglesia Católica, fue otro signo fundamental de la época.

Las luchas contra el colonialismo en el África, la heroica resistencia vietnamita, el triunfo de la revolución cubana y la irradiación de la concepción política/militar para la toma del poder en varios países de América Latina, fueron también señales con fuerte impacto, especialmente entre los jóvenes.

El asesinato del Che, la extraña muerte de Patrice Lumumba, el asesinato de Ghandi, las muertes de Malcom X y Luther King, fueron expresiones de un mundo que se sentía incómodo frente a las propuestas de cambio.

A Nestor Paz Zamora le tocó ser un joven radical de ese tiempo.

Hijo de militar, tuvo la oportunidad de conocer la patria profunda en los destinos que le toco cumplir a su padre. En aquellos sitios, su sensibilidad social se fue desarrollando hasta decidir concluir la secundaria y optar por la vida religiosa al lado de la gente pobre que había conocido.

Pero el vino nuevo fue más fuerte que los odres viejos. Pronto dejó el noviciado porque la estructura de la orden se convertía en una camisa de fuerza para sus convicciones de justicia social.

Habiendo encarnado más que muchos la teología de la liberación, optó por dedicarse al servicio de los pobres y estudiar para tratar de sanar sus cuerpos y sus almas, proponiéndoles los caminos de la liberación.

Así, era más o menos lógico que recale en el ELN, expresión política de izquierda radical, que había criticado profundamente a las otras opciones de izquierda por su burocratismo o por su expontaneísmo.

Hombre de profundas convicciones políticas, no dudó en ser parte del proyecto del retorno a las montañas, es decir, del retorno a las armas, en el proyecto de guerrilla de Teoponte.

Durante su preparación, fue inmenso su trabajo en tareas de toda índole, pues en su convicción de servicio, de entender la política como un acto de servicio y de amor al prójimo, no dudo en cumplir las tareas pequeñas como las grandes, con la misma intensidad y compromiso.

Ya incorporado en la guerrilla, fue un “tanque” que avanzaba con tanta energía y disciplina, que muy pronto fue nominado Comisario Político.

Con esa responsabilidad más cargada a su mochila, su compromiso se multiplicó en la atención a los compañeros de su columna además de los contactos esporádicos con los campesinos de la zona.

La actitud inmisericorde de las FFAA, con Alfredo Ovando Candia que se planteó “Ni heridos ni prisioneros”, el aislamiento del foco, los errores en la conducción de la guerrilla, fueron las causas que determinaron el desmembramiento del grupo guerrillero, generando el asesinato de los jóvenes guerrilleros y el deambular de los sobre vivientes en un monte carente de las condiciones para consolidar un foco guerrillero.

Nestor, tenía por nombre de guerra Francisco, como el príncipe de Asís que dejó que dejó las riquezas para convertirse en monje. Fue un joven cristiano revolucionario formado en el PDC-R, que entendió el cristianismo como una opción radical de vida, opción por lo que estaba dispuesto al sacrificio por sus amigos los pobres.

De una manera casi natural, asumió tácticas marxistas amalgamando cristianismo y socialismo de una manera sincrónica hasta plantearse: “El deber del cristiano es ser revolucionario, el deber del revolucionario es hacer la revolución”.

Entonces, como ahora, la única revolución posible era la revolución socialista y el militó ideológica y políticamente en esa dirección.

El guerrillero Francisco, murió un 8 de octubre, fecha en que también fuera capturado y asesinado el Che tres años antes. En el aislamiento de la guerrilla de Teoponte murió de hambre, asumiendo la forma en que morían miles de latinoamericanos de todas las edades.

En los escritos finales de su diario de campaña, además del profundo amor que profesaba por su compañera Cecilia, expresaba la certeza del triunfo de la vida sobre la muerte, a la que ya sentía royendo sus finales energías.

La liberación de la muerte, consecuente con su sentido cristiano de la vida, significaba para Francisco el triunfo de su apuesta de vida cristiana y radical: alcanzar el reino de los cielos sobre la tierra, pues igual que Jesús, había muerto enfrentado al poder político imperial romano, optando por los pobres, excluidos y colonizados.

Hasta la Victoria Siempre compañero Francisco!


Fernando Rodríguez

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Fragmentos de escritos de Néstor Paz Zamora. Nació en Sucre (?), Murió de hambre en Teoponte

Cristianismo y revolución

“Somos un grupo lleno de plenitud humana “cristiana” y eso creo basta para empujar la historia. Esto me reconforta”.
“Si la beneficiencia, la limosna, las pocas escuelas gratuitas, los pocos planes de vivienda, lo que se ha llamado “caridad” no alcanza a dar de comer a la mayoría de los hambrientos, ni vestir a la mayoría de los desnudos, ni enseñar a la mayoría de los que no saben, tenemos que buscar medios eficaces por el bienestar de la mayoría. Por eso la revolución no sólo es permitida sino obligatoria para los cristianos que ven en ella la única manera eficaz y amplia de realizar el amor para todos”.

Continuando el camino de los revolucionarios y del Che
“Siguiendo el camino luminoso de nuestros héroes los guerrilleros altoperuanos y de los héroes continentales, Bolívar y Sucre; la actitud heroica de los guerrilleros: Ernesto Che Guevara, los hermanos Peredo, Darío y tantos otros que encabezan la marcha de liberación del pueblo, nos ubicamos en la larga fila guerrillera, fusil en mano, para combatir contra el signo y vehículo de la opresión, El Ejército Gorila”.

La entrega de la vida a la causa revolucionaria
“Allá donde todavía corra sangre en nuestras venas, haremos sentir lacerante el grito del explotado. No importan nuestra vidas, si conseguimos que esta Latinoamérica, la patria grande, sea territorio libre, de hombres dueños de sus destinos. (...) No hay amor más grande que el dar la vida por los amigos”.

La opción de la lucha armada
“Por eso tomamos las armas. Para defender a la mayoría analfabeta y desnutrida, de la explotación de una minoría para devolverle dignidad al hombre deshumanizado. Sabemos que la violencia es dolorosa porque sentimos en carne propia la represión violenta del orden establecido, pero estamos despiertos a liberar al hombre porque lo consideramos hermano. Somos el pueblo en armas, es el único camino que nos queda”.

El hombre nuevo
“No queremos dejar a nuestros hijos una vida basada en la competencia como medio de posesión o en la posesión como medida valorativa del hombre. Creemos en un hombre que vale por lo que es, no por lo que tiene. En un hombre liberado enteramente que viva y construya una estructura amable donde pueda amar”.
“Quisiera que mi capacidad de amar crezca cada vez más a la par que mi capacidad guerrillera (...) es la única forma de mejorar cualitativamente y cuantitativamente el impulso revolucionario”.

 (Tomado de www.la-epoca.com.bo )

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