Los expositores nos
plantearon visiones diferentes de un mismo tema. Zabala sostiene que
producto de un análisis técnico en el Ministerio sobre el
desarrollo productivo, conceptualizaron la manera de ver la
producción nacional a partir de la denominación de “complejos
productivos” que comprenden a los sectores primarios y secundarios
de la economía, con sus implicancias o correspondencias entre los
sectores creando dinámicas económicas orientadas a fortalecer los
factores de encadenamiento con tres criterios: valor bruto de la
producción, valor agregado con el sector agropecuario y seguridad
alimentaria. Esta visión, está orientada a dinamizar la economía
para que con el apoyo del gobierno los productores puedan desarrollar
su capacidad productiva y participación en el mercado a través de
acciones en el sector productivo manufacturero y alimentario,
priorizando el valor agregado, el empleo, la equidad distributiva y
la seguridad y soberanía alimentaria.
Dividen en 4 grupos las
actividades económicas:
- Actividades económicas que son de exportadores transformadores de materias primas nacionales,
- Actividades económicas que transforman materias primas nacionales para abastecer el mercado interno,
- Actividades económicas que transforman materias primas importadas para abastecer al mercado interno, y
- Actividades económicas que transforman materias primas importadas para la exportación.
De estos 4 grupos, el
Ministerio ha priorizado al grupo 2 que es un sector que está
orientado al mercado interno y “lógicamente es importante buscar
su potenciamiento” con criterios de: destacar el valor bruto de la
producción, generar valor agregado al producto del sector
agropecuario y así, garantizar la seguridad alimentaria.
Una vez identificado el
sector y el complejo productivo, se realiza toda una estrategia o
solución estructural que permite “el incremento de la
productividad”, “regulación de los precios”, “utilización
de la capacidad instalada”, “mejorar la fase primaria de
producción para abastecer a las industrias”, “mejorar la
capacidad de compra de las empresas medianas”, etc. entre otras.
Adicionalmente – no
explica que – tienen el FINPRO (con 1.200 millones del RIN)1
para hacer ese tipo de industrias, y trabajar en proyectos que puedan
identificar estas mega industrias para solucionar problemas
estructurales dentro de cada uno de los complejos productivos que no
sean implementados solamente por el gobierno central, sino también
por los gobiernos municipales y departamentales. (Qué es el FINPRO y
el RIN)
Por su parte, Miguel Ángel
Crespo analiza el sector nacional a partir de una visión global (Río
+ 20) y sus consecuencias en el comportamiento de las políticas
nacionales de producción – particularmente agropecuaria –
demostrando puntualmente que la presencia de las empresas
multinacionales de energía, farmacéuticas y agroindustriales
inciden en las políticas del país de manera directa.
Nos plantea la necesidad de
trabajar en una política agropecuaria e industrial que responda a
las necesidades nacionales de manera “amigable” con la tierra,
nuestros recursos, cultura y compromiso por alcanzar la soberanía
alimentaria. Este criterio se contrapone contra los intereses
transnacionales de sólo el lucro por el lucro.
La vida en nuestro país –
nos dice – es consecuencia de esa armonía entre hombre –
producto – naturaleza que parodiando el Vivir Bien, es lo que
contemporáneamente la política necesita.
Contextualiza las
necesidades en un mundo dónde la avaricia, la mentira y la alta
tecnología van de la mano para aprovecharse de los pueblos que no
tienen fuerza y razón en el manejo de sus políticas nacionales. Es
decir: aprovecharse de la soberanía y la dignidad corrompiendo a los
operadores o productores de los alimentos, transgenerizando las
semillas so pretexto de proporcionar mayores volúmenes de productos
al mercado cada vez más hambriento.
Nos devela datos que tienen
que preocuparnos y comprometernos: Bolivia es uno de los 17 países
que actualmente están sembrando cultivos transgénicos: el 99.65% de
la soya es transgénica, cerca de 45 mil Has de maíz y 15 mil Has de
algodón. Es decir: porque en los últimos años… se han dicho
oficialmente que los transgénicos son la garantía para lograr
superar el hambre en nuestro país.
Dicho en pocas palabras:
Dinero – productos agropecuarios – dinero (D-M-D), es un circuito
que beneficia a las transnacionales en desmedro de: Salud –
nutrición – cultura – soberanía alimentaria. Que a decir de los
bolivianos es el Vivir Bien el que está en tela de juicio.
Crespo nos advierte de los
riesgos que corremos ante “Lo
paradójico [es]
que juntemos… una serie de decretos y leyes que se han ido
aprobando en las últimas semanas en el que ahora se habla de
desarrollar acciones de protección al patrimonio genético,
prohibiendo a la universidad, prohibiendo su producción,
introducción su liberación de semillas genéticamente modificadas,
fundamentalmente de las que Bolivia se ha hecho de origen… vemos
que se dice una cosa y se hace lo contrario”.
Crespo sentencia: “Es
un proceso de extranjerización muy ligado al neoextractivismo. Es
decir, ese enfoque minero en la agricultura. Darle duro a la tierra
hasta que ya no de, después secarlo e irse a otras tierras o ampliar
la frontera agrícola”.
Complementa: “Bolivia
no está al margen de lo que es la economía verde que está siendo
impulsada por las grandes corporaciones y concluye: Vemos que nuestro
país todavía atraviesa un proceso de inseguridad alimentaria,
fuerte dependencia de insumos externos con agroquímicos y semillas
transgénicas. Eso es un reflejo de que en nuestro país, hay un
crecimiento desordenado, no hay una planificación de la frontera
agrícola orientada a cultivos de exportación. De hecho, ayer el
vicepresidente dijo en un foro en la CAINCO, que hay que ampliar la
frontera agrícola a 3 millones más de Has en nuestro país. La
pregunta es: ¿para quién?, ¿para qué?”
El tema es bastante
peliagudo e impulsa toda nuestra atención y entendimiento para
asumir una conducta política al respecto. Este documento pretende
acercar esta posibilidad de abrir el debate para que el aporte sea de
acuerdo a las necesidades y provocaciones que nos exige la realidad
concreta.
1 FINPRO
es el Fondo de Producción que ha creado el gobierno para estimular
las actividades agropecuarias. El RIN es la sigla de las Reservas
Internacionales Netas (Nota del Editor)
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