Entrevista a Osvaldo “Chato” Peredo
por: Rider Mollinedo
El compañero “Chato” Peredo, ex concejal del Movimiento Al Socialismo (MAS) en Santa Cruz, miembro de la Fundación Che Guevara, médico formado en la Unión Soviética e integrante de la familia Peredo Leigue, famosa por su importante accionar revolucionario durante las duras décadas de dictadura militar en Bolivia, atendió el llamado telefónico de La Época y desde Santa Cruz habló sobre Ernesto Guevara de la Serna y su icónica figura; sobre Blanco y Negro, un libro recientemente presentado en la capital cruceña que recopila documentos fundamentales del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y sobre por qué es tan importante lo que acontece hoy en Bolivia.
Rider Mollinedo (RM).- Compañero Peredo, estamos a días de celebrarse un año más del aniversario del natalicio del comandante Ernesto “Che” Guevara ¿qué significó para Ud. y toda su generación la trayectoria de esta emblemática figura revolucionaria internacional?
Osvaldo Peredo (OP).- Indudablemente, la figura del heroico guerrillero y comandante Che Guevara no solamente es recogida por las generaciones de hace unos años atrás, sino también por las del presente y también lo será por las del futuro, no simplemente como ícono por su entrega total, sino por ser un referente ideológico, por todas las obras que ha escrito y que ha versado en toda su trayectoria.
La característica del revolucionario no es solo la de escribir. El verdadero revolucionario también actúa, como Marx que actuó en la Comuna de París, como Lenin, que escribió, actuó y también dirigió la primera revolución socialista bolchevique en 1917 en Rusia. Fidel Castro y el Che Guevara fueron en la guerrilla destacadas personalidades en las letras, prolíficos productores de obras y en el pensamiento destacadísimos íconos y referentes del pensamiento revolucionario.
Ya no soy de una generación nueva. Tengo 74 años. Soy de la generación del Che que el 14 de junio cumpliría 87 años y de la de Fidel que aún está vivo. Para nosotros fueron representantes de la nueva necesidad revolucionaria; un enriquecimiento en la sabiduría, en el pensamiento, en la práctica y teoría revolucionaria. El Che Guevara es todo eso y sigue produciendo. No es exagerado decir que ¡El Che vive!
RM.- ¿Qué siente cuando piensa en el Che?
OP.- La referencia al Che siempre produce una gran emoción en mí por el hecho de que mis hermanos (Coco e Inti) estuvieron luchando con él. Uno murió unos días antes que él. Fueron destacados combatientes en la guerrilla de Ñancahuazu dirigida por el Che Guevara. En ese contexto uno de los sobrevivientes fue mi hermano Inti y continuamos con ese empeño. Como decía Inti: “La guerrilla no ha muerto, recién acaba de comenzar”. Aunque lo hayan matado físicamente el pensamiento del Che Guevara sigue vigente y es un referente muy importante en el proceso de cambio que estamos viviendo.
El Che ya lo decía en 1964 en el discurso que lanzó en las Naciones Unidas: “Esta epopeya que tenemos por delante la escribirán las masas hambrientas de indios, de campesinos sin tierra, de obreros y trabajadores de las ciudades y revolucionarios intelectuales que abundan en nuestra América”, advirtiendo de la participación hegemónica del indio, que es lo que actualmente estamos viviendo aquí en nuestra Bolivia. Entonces ese pensamiento que anuncia y visualiza lo que puede venir es característico de un revolucionario con pensamiento profundo.
RM.- ¿Cuál fue el rol de la Revolución Cubana en ese contexto?
OP.- Uno de los inmediatos productos de ese pensamiento revolucionario fue la Revolución Cubana (1959), que para los revolucionarios en América Latina fue un faro de luz con respecto al pensamiento revolucionario que se estaba anquilosando a partir de instituciones que no se movían en el quehacer revolucionario, que no estaban ligadas a los movimientos activadores de todo este proceso. Por ejemplo, los partidos comunistas de aquella época se anquilosaron y no pudieron responder a las necesidades y exigencias del pueblo en movimiento. La Revolución Cubana viene a ser la guía para los revolucionarios que queríamos hacer el cambio y, de esta forma, nosotros estábamos empeñados en que se produzca la revolución en nuestros países.
Es en ese momento que surge el Che. Es una renovación de las ideas de la teoría y práctica revolucionaria. En ese momento los revolucionarios dijimos “la teoría en acción es el Che” y le seguimos. Prueba de ello es que, después de casi cincuenta años de la llegada y asesinato del Che en Bolivia, él y su pensamiento siguen vigentes. El Che vive en la juventud. La juventud tiene un incentivo, un acicate en el pensamiento del Che. El compromiso no sólo es revolucionario, no sólo es ideológico sino hasta de sangre. El Che renueva muchas cosas y pone a la orden del día cualidades del revolucionario que deben ser respetadas constantemente.
RM.- ¿Cuáles son algunos atributos exigidos por el Che a un/a revolucionario/a?
OP.- El Che, por ejemplo, subtitulaba todos los comunicados “Frente a la mentira reaccionaria, la verdad revolucionaria”. ¿Qué significa eso? Que el revolucionario fundamentalmente es un ser ético, un ser que no necesita mentir porque, como decía otro prócer de nuestra América como fue Artigas, “la verdad nos hará libres”.
La verdad siempre es una invención al futuro. Puede parecer que una verdad dicha en este momento perjudique momentáneamente una situación coyuntural pero a la larga la verdad es la que siempre se impone y la verdad es la que nos hace libres. Esa era una de las cualidades que el Che destacaba y otra de las cualidades evidentes es lo que él decía: “frente a la violencia reaccionaria, la violencia revolucionaria”, un hecho que hay que ponerlo a la orden del día porque en este momento muchos hablan de que nuestra revolución democrática y cultural en Bolivia es pacífica, pero no tiene nada de pacífica.
Por lo menos acá en Santa Cruz nosotros hemos sido víctimas de atentados, de enfrentamientos, de la toma por la fuerza de instituciones estatales. La violencia de la derecha está presente y estuvo mucho más presente pocos años atrás cuando el gobierno revolucionario de Evo Morales estaba en su tercer año. El proceso siempre fue violento. Estamos viendo en Venezuela que por más que se hayan ganado veinte elecciones y una perdido sigue la violencia del Imperio. El único acto violento que tenía el proceso revolucionario o la revolución era la toma del gobierno pero todo después era un desenvolvimiento más que pacífico: participativo, que es la garantía de la paz en un pueblo.
RM.- A años de las luchas por los altos ideales revolucionarios en época de dictadura ¿qué cree que quede de ese proyecto denominado Ejército de Liberación Nacional (ELN)?
OP.- El Ejército de Liberación Nacional es un instrumento como el MAS-IPSP es un instrumento. Nosotros en ese momento pensamos que era la respuesta a la violencia reaccionaria, a la explotación, a la invasión directa o indirecta.
A las distintas formas de opresión por parte del imperialismo norteamericano no nos quedaba otra cosa que agarrar las armas y responder a esa violencia reaccionaria con la violencia revolucionaria. Pensamos, desde la óptica de aquella época, que el ELN era lo necesario y esa necesidad se dio en forma de una total entrega por los revolucionarios de aquella época, por los que murieron en la guerrilla, por los mineros de la masacre de San Juan, por todas las masacres ejecutadas por los gobierno totalmente pro imperialistas y derechistas. El ELN era la respuesta adecuada.
No es casual que el ELN haya tenido tanta incidencia en todos los momentos históricos de su existencia, en especial en la Asamblea Popular, durante el gobierno de Torres, denunciando las limitaciones de un gobierno, la ingenua idea de que la derecha iba a estar derrotada porque simplemente se tenía una parte del gobierno y no todo el gobierno, y mucho menos el poder. Entonces el ELN fue la respuesta necesaria y estamos orgullosos de que hayamos cumplido con esa respuesta, con esa necesidad.
RM.- El miércoles 10 de junio se presentó el libro Blanco y Negro, primer tomo de una serie de documentos que recopilan las visiones, sentimientos, principios, ideas de miembros del Ejército de Liberación Nacional (ELN). Desde su perspectiva, ¿qué valor tiene este documento?
OP.- Es un primer intento de hacer una recopilación de los documentos centrales del ELN.
El ELN en Bolivia fue fundado y creado en combate por Ernesto Che Guevara un 23 de marzo de 1967. Indudablemente ello responde a un llamado que hizo anteriormente el heroico guerrillero y comandante Che Guevara a la Tricontinental. Es una necesidad de nuestros pueblos responder a la violencia internacional del imperialismo como, por ejemplo, el caso de la guerra en Vietnam, las guerras sucesivas que se han dado en África, en el Medio Oriente, con la respuesta unificada de todos los revolucionarios del continente.
Lo dice la Tricontinental, no solamente hay que apoyar de palabra o aplaudir la resistencia de los vietnamitas. Hay que estar dispuestos a correr su misma suerte. Esa es la solidaridad internacional. Con ese documento empieza este primer tomo, el primero porque pensamos que podría haber más tomos dado que hay muchos otros documentos de Blanco y Negro.
RM.- ¿Por qué los colores blanco y negro?
OP.- Blanco y Negro es el título porque hace referencia a los colores de la bandera del ELN y porque además fue el nombre de la primera editorial en el primer semanario que se denominaba así. Indudablemente que es un intento porque queden los testimonios escritos de la historia real, verídica y no de la interpretada por intereses ajenos. Es tan importante esto en Bolivia porque se ha distorsionado la historia, se ha sobrepuesto la historia oficial a los verdaderos hechos reales. ¿Quién conoce de Pedro Ignacio Muiba, un guerrillero de tierras bajas que peleó contra la corona con una columna de guerrillas indígenas durante la época de la guerra de la independencia? Piensen que conocemos a un Andrés Ibáñez por la historia oficial de la derecha como un federalista, cuando Ibáñez fue quien promovió el primer proyecto socialista en América Latina en 1876. A Andrés Ibáñez, por ejemplo, se lo conoce como federalista cuando fue el primer socialista y lo expulsan de la Asociación Federalista en 1876 por ser demasiado comunista. En esa época ya se conocía el Manifiesto Comunista de 1848.
Por esas razones es que los movimientos guevaristas y la fundación Che Guevara estamos haciendo el esfuerzo para hacer que se plasmen esta serie de documentos que a futuro no permitan la distorsión, ni la invisibilización de los hechos históricos.
RM.- Dado su conocimiento y experiencia, ¿qué piensa de la serie de transformaciones y del proceso socio-histórico que Bolivia vive en la actualidad a la cabeza del presidente Evo Morales Ayma?
OP.- Indudablemente este hecho es una gran oportunidad histórica para nosotros los bolivianos porque el proyecto histórico que es el socialismo se abre espacio con el proceso de cambio que ha iniciado el presidente Evo Morales a partir del 2006.
Desde la Fundación Che Guevara, desde el movimiento guevarista, desde los grupos que organizamos, apoyamos incondicionalmente este proceso aunque muchos no militen en el MAS.
Yo pertenezco al MAS pero también hablo por los que no pertenecen al MAS y que están apoyando este proyecto histórico popular, del pueblo. El MAS viene a ser el instrumento. Tenemos que apoyar a ese instrumento porque la derecha está viva. El imperialismo no duerme, está presente. Fíjense lo que está pasando en Venezuela con el ataque y la violencia que ejercen sobre un país así. Nosotros también hemos sido víctimas de la violencia imperialista, de sus secuaces al interior de Bolivia durante este proceso.
Este proceso es lo único realmente real, valga la redundancia, capaz de abrir los espacios al proyecto histórico que es el socialismo, llámese socialismo comunitario, socialismo del siglo XXI, pero es un socialismo que era lo que pensaba Andrés Ibáñez en aquella época: el igualitarismo, todos somos iguales, todos debemos tener la misma oportunidad. Este proceso está brindado eso. Entonces tenemos que defenderlo con la misma entrega que lo hicimos cuando luchábamos en la guerrilla.
Fuente: la-epoca.com.bo
La Paz, 10 de junio de 2015